La alimentación en la clase de bebés

Según la Asociación Española de Pediatría, «la alimentación en bebés debe ser exclusivamente de leche, materna o de fórmula hasta el sexto mes de vida, pudiendo adelantarse a partir del cuarto mes en algunos casos, pero nunca iniciándose antes por riesgos tales como: posible atragantamiento, aumento de gastroenteritis, deficiencias de hierro o zinc, deficiencias de nutrientes por haber sustituido la leche por otras comidas, etc.».

Siempre hay que tener presente que, para que pueda comenzarse con la alimentación complementaria, nuestro bebé debe estar preparado para ello; es decir, debe poseer las destrezas psicomotoras que permitan que sea posible, en especial las de tragar y manejar de forma segura los alimentos. En general, estos hitos de desarrollo suelen presentarse alrededor del sexto mes, pero como cualquier otro, pueden adelantarse o retrasarse en algunos casos, dado que no todos los bebés los adquieren al mismo tiempo.

La pauta de introducción alimentaria siempre es marcada por nuestro pediatra y siempre debe ser la familia la que introduzca esos alimentos en la tranquilidad de su hogar para así evitar posibles riesgos innecesarios debidos a cualquier intolerancia o alergia. A partir de ese momento, la familia informa a la tutora de qué alimentos ha probado ya el peque y se comienza con la alimentación complementaria dentro de la escuela.

En nuestro caso, en Novaschool Baby Sunland, comenzamos sustituyendo una de las tomas de biberón por un puré con las frutas básicas (las que primero se introducen): plátano, manzana, pera y naranja. Tras esta primera toma de contacto, el siguiente paso serían las verduras, y ampliamos la ingesta a un bol de puré de verduras y un vaso de fruta triturada. En la medida en que nuestro bebé comienza a probar las diversas proteínas (pollo, pavo, ternera, pescado blanco), estás se van introduciendo en los purés de verdura diarios.

Es habitual que a nuestro peque le cueste habituarse a la ingesta de los diversos alimentos, dado que se ha estado alimentando durante seis meses con leche de forma exclusiva (ya sea a través del pecho o fórmula), por lo que es muy importante que en casa también se promueva la alimentación complementaria, ya que esto facilitará la tarea tanto al bebé como a la familia y las educadoras. Nuestro pequeño debe acostumbrarse a los nuevos sabores, las nuevas texturas y a la introducción de alimentos por medio de la cuchara, por lo que es perfectamente normal si en un principio ésta le resulta extraña, le desagrada o nos pone impedimentos tales como la posición inadecuada de la lengua.

Por otro lado, es recomendable acompañar el consumo de purés y sopas con alimentación sólida en forma de trocitos pequeños y fáciles de gestionar por nuestros niños. En nuestra escuela siempre intentamos promover el inicio de la alimentación sólida en cuanto sea posible, ya que esto fomenta la autonomía de los peques, así como el correcto desarrollo de la musculatura facial y maxilar tan importante a esta edad. Según la Asociación Española de Pediatría, «se recomienda ir aumentando de forma progresiva la consistencia de los alimentos, sin posponer la ingesta de texturas grumosas y semisólidas más allá de los 8-9 meses de edad y considerando que a partir de los 12 meses un niño ya está preparado para consumir el mismo tipo de alimentos que el resto de su familia, siempre y cuando se respeten los tamaños en los que se le ofrecen los alimentos sólidos y teniendo especial cuidado con algunos más duros como los frutos secos».

Por último, cabe destacar la importancia de intentar fomentar que el bebé consuma los alimentos de forma autónoma, disfrutando del sabor, textura y olor de estos, permitiendo que manipule y experimente con ellos y disfrute de su ingesta; eso sí, sin olvidarnos de la cuchara. En Baby Sunland intentamos fomentar la autonomía de los más pequeños enseñándoles a manejar los cubiertos en cuanto consideramos que están preparados para ello y permitiéndoles aprender a gestionar la velocidad a la hora de comer, así como la correcta forma de sujetar la cuchara para que sobreviva la cantidad suficiente hasta llegar a su boca.

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