Primeros días de septiembre y vuelta a la rutina. Los alumnos que ya nos conocen, nos echaban de menos a nosotras y sus compis, tienen ganas de jugar y aprender. A ellos les cuesta un poco adaptarse de nuevo al horario, pero nada que se pase en un par de días.
En cambio, a los nuevos les cuesta un poco más. La adaptación a la escuela infantil es uno de los muchos aprendizajes por lo que pasamos a lo largo de nuestra vida. Es un momento difícil, una nueva etapa, un periodo de tiempo necesario para que los peques consigan sentirse seguros en un nuevo entorno y, posiblemente para muchos, la primera vez que se separen de sus familias y su primera experiencia social.
Supone un cambio muy importante, y es por eso por lo que hemos decidido hacer algunos cambios que consideramos son mejores y que faciliten este comienzo a los peques y sus familias. Este año hemos hecho partícipes a las familias. Durante una semana, han estado en clase con sus hijos y la tutora, con la que han podido resolver dudas y pasar un rarito de calma y juego en clase, trasmitiéndole seguridad, tanto a las familias como a los niños.
Debemos recordar que cada niño es único, con diferentes maneras de reaccionar ante diversos cambios, es normal que unos se adapten más rápido que otros. Pero pasados estos primeros días, la escuela se convertirá en un lugar divertido donde aprender jugando, un nuevo entorno donde socializar con otros niños y donde se sentirán como en casa.